lunes, 28 de marzo de 2011

El perfil psicológico de Fidel Castro: sus orígenes. I parte

De todos es conocido el terrible perfil psicológico de Fidel Castro. Su patología se basa, en parte, en una dualidad, consecuencia de ser sustraído de identidad desde su nacimiento: un doble nombre, doble hogar, doble familia, y doble identidad. Su padre, el gallego Ángel Castro Argiz, nacido en la aldea de Láncara, cerca de Lugo, en 1875, era un simple campesino rural al que un residente de La Coruña pagó para que lo sustituyera en la guerra de Cuba. En la isla, según reporta Carlos Márquez Sterling en su "Historia de Cuba", Castro padre formó parte de la columna española, dirigida por el comandante Cirujeda, que atacó y mortalmente hirió en combate al Titán de Bronce, Antonio Maceo, el 7 de Diciembre de 1896.
Angel Castro Argiz, padre de Fidel Castro.
Después de la derrota española en la guerra, don Angel decidió quedarse en la isla y hacer fortuna allí. Para salir de la pobreza típica del inmigrante, ejerció todo tipo de trabajos. Con la ayuda de otro coterráneo canario, Fidel Pino Santos, logró alquilar parcelas a la United Fruit Company y comenzó a adquirir más y más tierras, convirtiéndose en un rico terrateniente, pero con una reputación de ser implacable y violento en sus negocios, sobre todo con los humildes trabajadores que importaba de Haití para las labores agrícolas. Ya convertido en un rico miembros de la alta sociedad de Banes, don Angel contrajo matrimonio con la maestra María Luisa Argota, instalándose en Birán, y teniendo dos hijos.
Lina Ruz, madre de Fidel Castro.
Años después llegó a Birán una nueva sirvienta con una hija analfabeta de 14 años, Lina Ruz. Pronto Don Angel estableció una relación extramarital con ella y tuvieron una primera hija, Angela, que fué llevada al bohío de la madre de Lina. Nació un segundo hijo, Ramón, y ya los rumores de la infidelidad de su marido llegaron a los oídos de María Luisa Argota, que abandonó la casa de Birán y se mudó a Santiago de Cuba con sus hijos.
Angel Castro Arguiz.
Lina Ruz se instaló entonces como la nueva señora de la casa, y dió a luz, el 13 de Agosto de 1926, a un tercer hijo, al que don Angel puso el nombre de su amigo y socio en los negocios: Fidel. Como María Luisa Argota ya le había planteado el divorcio y reclamado la mitad de sus tierras, don Angel simuló estar arruinado y traspasó las propiedades a su socio Fidel Pino Santos. Para acallar rumores y ocultar la existencia de los hijos ilegítimos, decidió enviar a los niños a vivir con sus amigos, el cónsul haitiano en Santiago, Hippólite Hibbert, y su esposa Emercianne. Fidel tenía entonces 4 años. A esa temprana edad, tuvo que adaptarse a tener dos familias, dos parejas de padres, dos hogares, a lidiar con su condición ilegítima, creando hondos conflictos psicológicos. Dos años después, cuando fue enviado como interno al colegio de La Salle, sus condiscípulos lo humillaron repetidamente por su origen bastardo, por tener como madre a una criada analfabeta, y por no estar bautizado, llamándolo "judío". El niño se juró que algún día se vengaría de todas estas humillaciones. Cuando tenía 8 años, al fin fue bautizado, teniendo a la pareja haitiana de padrinos, y apareciendo en el acta oficial de bautismo como Fidel Hipólito Ruz, sin mención de Angel Castro como su padre.
 por Maritza Beato, PhD
Cortesia de: Dr. Eduardo Zayas-Bazán

domingo, 27 de marzo de 2011

El Board Americano encuentra fuente alternatina que permite a los médicos cubanos desertores rivalidar sus títulos, sin la comprobación con Cuba.

Para que leas la respuesta que acaba de dar el Boards americano ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE para los inteligentes médicos cubanos que llegaron a través del parole YA NO NECESITADOS DE LA COMPROBACIÓN CON CUBA, ganamos la batalla, en unos 3 años seremos médicos en los EE UU y gracias como bien dicen a la buena y estelar preparación que nos dio Cuba. Porque a los EE UU si le interesa ayudar y contar con el conocimiento y la experiencia de los médicos cubanos. En los próximos días les enumeraré los documentos que Philadelfia nos solicita a cambio de no comprobar o esperar la respuesta de Cuba.
February 24,   2011
Dear Doctor,
Please be advised that applicants who are graduates of medical schools in Cuba who claim their medical school will not sign their application form and/or complete and return to ECFMG® the verification of their credentials due to a Cuban government resolution that forbids such verification for health professionals who have left Cuba without permission may request consideration by the ECFMG Medical Education Credentials Committee.
In order for ECFMG to evaluate your request you must submit to ECFMG a detailed letter outlining which requirement you are requesting an exception for and the circumstances that you believe are relevant to the request. Please be certain to include your USMLE®/ECFMG identification number and signature on the request. If you also have refugee/asylum/parole status in the United States you must submit documentation of this status to ECFMG with your request.
You must also submit copies of your final medical school diploma and final medical school transcript in the original language, along with a word for word English translation of the documents. As you have not already submitted a Certification of Identification form (Form 186) to ECFMG you must submit the aforementioned documentation to ECFMG along with a notarized Form 186; you may leave Part B of the Form 186 blank.
Once received, the documentation will be evaluated and you will be notified directly. Please note however that the review process may be extremely lengthy.
Sincerely
Credentials@ecfmg.org

jueves, 24 de marzo de 2011

“Poner en tratamiento al menor de edad”

Llegaron a EE UU por el parole americano, eran médicos en Venezuela en la peor de las condiciones laborales, juntos en la vida y en la profesión escaparon por Colombia hasta Miami, e inmediatamente hicieron la reclamación legal al gobierno de Cuba de sus dos niños, y las visas de entrada a los EE UU se otorgaron de inmediato.
Ya pasaron más de tres años, reclamaron a todo ser humano que con buen sentido de los valores espirituales les ayudaron económicamente para llegar a Ginebra y hacer una denuncia formal ante la comisión Internacional de los Derechos Humanos, quien dictó una sanción contra Cuba ¿y qué hizo Cuba?  Incremento su represión ante los hijos de los médicos desertores ahora NO puede salir ninguno.
Los días, las semanas y los meses pasan, y nadie sabe cuando se levantará el castigo a una familia que decidió hacer su vida lejos de la doctrina del comunismo y se encontraron con la realidad de que el gobierno de los Castros si no te puede controlar entonces te castiga, tanto a ti como a tu familia, en conclusión siempre te castigan, si un médico pidió dentro de Cuba la salida del país le tocan de 5 a 8 años de castigos, y si escapa del castigo por desertar en una colaboración, entonces  le aplican a la familia el castigo y en particular a los menores de edad, quienes permanecen condenados a vivir lejos de sus padres por tiempo indefinido.
Frente a inmigración te puedes cansar de preguntar ¿Por qué no dejan salir a los menores de edad para reunirse a sus padres? Inmigración, la única respuesta que da, (bien aprendida, y repetitiva) es: Todavía no ha llegado el permiso de salida.
A este gobierno no le importan los riesgos que sufren los menores de edad, ni el calvario sicológico de la separación. Al gobierno y a sus esbirros, solo les importa, dar una lección de escarmiento ejemplificante al resto de la comunidad médica cubana que consiste en “poner en tratamiento al menor de edad” (copia textual de la jerga usada por sus segurosos), cuyo objetivo esta dirigido al resto de los médicos que en situaciones similares osen intentar salirse del control de los Castros, aprendan bien la lección acerca del tipo de castigo que les espera.
Para los médicos cubanos la maldición castrista nos persigue más allá del territorio nacional, del tiempo y del espacio.

Dedicado al silencio criminal de los dos mil niños castigados en Cuba.


Una amiga doctora cubana, desertora de una colaboración medica, llora por un lado del teléfono, al otro lado la voz de una niña suplica:
— ¿Mamá, cuando me voy a vivir contigo?   —mi amiga responde con el llanto.
Lleva cuatro años en el exilio y reclamó a su hija recién llegada. La embajada del país donde reside desde hace tres años y 8 meses le aprobó a la niña la visa para reunificarse con su madre y desde entonces la abuela y la tía, van cada 15 días a la oficina de inmigración de su municipio en Guantánamo, a preguntar :
—Por favor, ¿hasta cuándo tendremos que esperar para que le den el permiso de salida a la niña para reunirse con su madre?  —la oficial responde con cara de perro rabioso:
—Mi vieja ya le he dicho mil veces, que eso depende de la oficina central de inmigración, que está en Miramar, es de “arriba” de la dirección superior del gobierno (Raúl Castro), quien aprueba el permiso de salida. Señora   yo le aconsejo que lleve a la niña a un psiquiatra, para que le haga un papelón diciendo que “la niña está loca” por estar lejos de su madre y me lo trae a ver si allá “arriba” se conmueven. ¡A!, y no vuelva más por aquí hasta dentro de tres meses, por favor   —a los tres meses le informaron de “arriba”, que le denegaban definitivamente el permiso a la niña.
La niña tenía 4 cuatros años cuando vio por última vez a sus padres. A mi amiga no se le puede hablar del tema pues rompe a llorar, los castigos silentes del gobierno de Raúl Castro, demuestran que las verdaderas entrañas de la campaña de rescatar a Elián, el famoso niño balsero no fue más que una falacia arquitectónica para reafirmar su mascara roja.
Hace cinco años, dos mil menores de edad esperan sin consuelo, que de “arriba” le den el permiso para vivir con sus padres desertores, dos mil caritas inocentes, que aclaman su derecho humano de estar junto a sus padres, se exhiben en un mural en el Vaticano.  
Yo me pregunto: ¿De qué lado está la Comisión Internacional de Derechos Humanos que tiene a Cuba como miembro de su presidencidencia?

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Esperando el permiso de regreso


El padre de PM había muerto hace dos años. Mi amigo PM vivía en la barriada de Pedro Betancourt en Matanzas. Las malas lenguas le dicen el pueblo de los maricones, no quiere decir que por eso, mi amigo se declarara gay durante su misión médica en Mérida, Venezuela. Hoy lo vi tristes y le pregunté:
—¿Qué te pasa PM, que te veo alicaído? —levantó su mirada y sin muchos deseos me contesta.
—Hoy hace un año que me fugué a Colombia.
—¡Pero eso fue bueno!, y todo te salió bien, mírate ahora  —trato de levantarle el ánimo.
—Malos fueron los motivos que me llevaron a huir  —me contesta.
—Cuéntamelos —le exhorté intrigada.
—Por el correo electrónico me entero que mi madre se había puesto grave en Cuba, y llamé a la jefa de la colaboración en Caracas, y le pedí permiso para salir urgente a Cuba. Ella me contestó… no te preocupes, que yo tengo que comprobar primero y después te llamó … a los dos días me avisaron de que mi madre murió, entonces la volví a llamar y le dije… ahora te pido permiso para ir a Cuba a enterrar a mi madre …y a los pocos días fue que pude llegar.
Mi amigo PM, enterró a su madre, vendió su casita de Pedro Betancourt, regresó a Venezuela y huyó a Colombia a través de la frontera. PM hoy vive felizmente con su pareja en California, pero con tristeza me decía:
—El hombre que mora sin la libertad y esperando por un permiso, vive pero no existe  —me dice.
—PM, el hombre se define en el sepulcro, porque mientras este vivo es, un ser libre, que puede cambiar su proyecto de vida y convertirse en otro hombre diferente  —le contesté.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El I-186 es la causa del todo



Hoy 3 de diciembre, es un día feliz para muchos médicos cubanos. Sin embargo, para algunos de nosotros, los médicos desertores en el exilio americano, solo nos sirve para recordar “lo que el viento se llevo”. Hoy llamé a un amigo MB ex cirujano del hospital Calixto García, para felicitarlo, y me contestó con un tono de voz que derrochaba angustia y rebeldía .
        —El I-186 es la culpa “del todo”   —aquellas palabras me intrigaron y pensé que mi amigo ex cirujanos (hoy “limpia culo” en New York) estaba perdiendo la cordura.
        —¡MB! ¿Tú no te me estarás volviendo loco, eh? ¿qué coño es eso del I-186?  —le pregunté curiosa.
        —Es el modelo I-186 que  te envía el Board americano, para que el instituto de ciencias médicas de la
Habana te lo llene, diciendo de que tú te graduaste de médico en ese instituto, y de allí va a la consultaría jurídica internacional de Cuba, desde donde retorna al Board por DHL  —me contestó.
       —Sí, pero sigo sin entender  —le insistí.
       —La cosa esta en que Cuba, se lo devuelve al Board americano en blanco (sin llenar) y el Board te envía una carta diciendo de que no te puedes examinar de médico en los EE UU, porque el modelo 1-186 esta incompleto —al escuchar la noticia mis ojos querían salirse de sus orbitas.
        —Dime tú, ¿y nosotros entonces?
        —Nada que te ¡jodistes! y que no puedes ser médico en los EE. UU. si a Cuba no le da la gana de
llenar los dos renglones del I-186, donde el Board pregunta donde y cuando te graduaste.
En resumen
A mi amigo le conteste que no se desanimara, porque ni el tal I-186 americano, ni Cuba, van a impedir que nosotros volvamos a ser médicos. EE. UU. te da la libertad, pero también el 1-186. De las dos cosas que te da, lo más importante es la libertad y Dios se encargará de guiarnos hacia el camino, donde nuestros conocimientos médicos les sean útiles a la humanidad. La medicina no es una profesión, sino una vocación ante la vida, y no les vamos a dar el gusto a los gobernantes feudales cubanos que nos esclavicen, más allá de sus barracones. Por tanto, sino es aquí por el 1-186, en otro rincón del mundo, entonces será.

domingo, 31 de octubre de 2010

De los tontos útiles, a los inteligentes inútiles.



A los tontos útiles, no les queda otro remedio que aceptar las condiciones en que hace más de 50 años les impusieron, y no hacen nada por ver más allá de sus narices, que las promesa de salud y educación hace mucho tiempo atrás, viajaron de la pobreza a la miseria.
Los tontos útiles, ayudan a la continuidad del poder, porque a pesar de criticar el pan nuestro de cada día, quejarse por la falta de medicamentos, y la imposibilidad de comprar en las “Shopping” los zapatos de sus hijos con el salario del mes; ellos siguen, por temor, votando en las urnas del poder popular, colmando la Tribuna Antiimperialista y la plaza de la Revolución para aplaudir el discurso aprendido, participando en las rendiciones de cuentas del Poder Popular, y hablando a puertas cerradas con el vecino de al lado de “lo mala que está la cosa”.
Esta pasividad del cubano de a pie, encerrada detrás de una máscara de supervivencia llamada “doble moral”,  unida a la conducta migratoria de muchos cubanos,  es bien utilizada a favor de los inteligentes inútiles, para mantenerle el campo libre de obstáculos y tropiezos, a sus señores feudales.
Los inteligentes inútiles, forman aquella gran clase intermedia superior que les hace “el pollito de la vecina”, a los líderes del poder, son inteligentes porque conocen que bajo este tipo de represión invisible y silente, a los tontos útiles, pueden continuar favoreciéndose de las “migajas premios” que el gran rey feudal les otorga. Por ejemplo: las casas confiscadas por el gobierno, a aquellos, que a lo largo de los últimos 50 años han abandonado el país, ¿van a parar a dónde? pues a los inteligentes inútiles y ¿los viajes al extranjero con jugosos viáticos? ¿a quién se los ofrecen? a los inteligentes inútiles. Lo de inútiles está claro, porque si obtener una casa, viajar con todos los gastos pagos, reiteradamente, al extranjero, dependiera del sudor de su trabajo, nunca habrían ido de aquí a la esquina, ni tenido un techo propio.
Pero, no hay nada mejor que un día detrás de otro, en esta gigantesca rueda que es la vida. Un día, los tontos útiles, abrirán sus ojos, y los inteligentes inútiles dejarán de recibir su migaja premio, aunque para ese día, ya sea demasiado tarde el daño, NO importa, ¡cuando la dicha es buena! Porque el agua al final del camino tarde o temprano, siempre toma su nivel.